Jimena no fue mi primera terapeuta, pero con ella conecté de inmediato. En cada sesión no solo me escuchó, sino que supo responderme con lo que yo más necesitaba: algunas veces meditación, otras veces técnicas de manejo de ansiedad, guías para reflexionar, aromaterapia, libros, música, una llamada telefónica oportuna a algún familiar y un largo etc.
Nunca dejó de impresionarme su capacidad de desentrañar mis pensamientos, de conectar los cabos sueltos en mi historia familiar y darme consejos tan asertivos, pero indudablemente lo que más valoro es que, sin importar cuánto tiempo dejemos de vernos, ella siempre recuerda mis relatos con detalle, haciendo que las sesiones fluyan con mucha naturalidad, como quien habla con su amiga de toda una vida.
Aunque viajar a lo profundo de sí mismo a menudo sea intenso y doloroso, Jimena irradia tanto afecto, armonía y contención, que hace que el camino sea muy llevadero.
Mi vida ha dado un vuelco importante luego de conocerla; el motivo por el que inicialmente acudí a terapia fue solucionado, pero me sentí tan bien guiada que me he tomado la libertad de acudir a Jimena cada vez que necesito respuestas, con la certeza de que su sabiduría me llevará al camino correcto y juntas tendremos la capacidad de encontrarlas.
Gracias Jimena, por tanto!